Gracias por el vídeo explicativo.
Mi experiencia en mercadillos tipo A y B no ha sido así de sencilla y me gustaría exponerla.
En el mercadillo tipo A, por poner un puesto nos daban 40 Junas al empezar. Eso animaba a que la gente hiciese mercadeo y se movieran las Junas. Con esas Junas te daba para comprar una botella de 2 litros de aceite, miel, jabones y tomarte una tapa. Todos los participantes tenían opción de comprar o hacer trueque.
En cambio, en el mercadillo tipo B, no te daban Junas por poner la parada y muchos mercaderes sólo iban a vender sin interesarse en ningún puesto. El mercadillo estaba parado porque no había Junas circulando. Tomarte un vaso de gazpacho suponían 25 Junas. Pasado un tiempo y al ver el mercadillo parado, para ver si así arrancaba, la organización decidió incentivar con 50 junas a los nuevos puestos que nunca hubiesen participado (no tenían Junas en sus monederos y no podían mercadear). Con esa cantidad no era posible comprar gran cosa. Personalmente, intenté fomentar el trueque entre puestos pero poca gente estaba dispuesta. La mayoría manifestaban abiertamente que no querían trueque sino recaudar junas.
Al finalizar el mercadillo tipo A me fui a mi casa con una cesta repleta de productos, además de vender en junas y hacer trueque de casi todo lo que había llevado.
Al finalizar el mercadillo tipo B me fui con casi toda la mercancía sin mercadear. Gracias a un trueque me tomé un gazpacho y me lleve una docena de tomates cherry.
Como conclusión, me quedé con ganas de volver al mercadillo A y con muy pocas de repetir en el mercadillo B.
Si se van moviendo las Junas poco importa el valor que se le den en cada mercadillo. En el mercadillo A la gente estaba dispuesta a mercadear e intercambiar. En el mercadillo B no había ese espíritu. Para mí esto es lo más importante y en lo que se debería hacer hincapié. ¿Se puede valorar la actitud de los mercaderes según la teoría de conjuntos?
Aclarar que yo estoy en medio de las dos zonas A y B, con pocos miembros certificados y empezando a hacer red.
Sí: te entiendo perfectamente porque a mi me ha pasado algo parecido. La sensación de estancamiento me recordó a la película El milagro de Worgl. Yo me preguntaba “¿pero no han visto la película?; si el dinero es sólo un medio; tenemos los bienes y servicios y no se mueven por falta de moneda; tanta teoria y seguimos con el paradigma del puño cerrado”. Fue triste, porque vi bastantes productos perecederos que volvieron de retorno a su casa.
Para evitar lo que comentáis, en el mercado de Palautordera lo que hicimos fue que hubiese una caja de cambio de euros a junas para todos los visitantes que no tenían junas (la mayoría), además de la una pequeña candidad donada a todos los visitantes.
Con eso se consiguió que todo el mundo que quisiese comprar, comprase.
Al final los euros recaudados se cambiaron proporcionalmente a los vendedores, con lo que fueron a casa con una parte en junas, y otra en euros.
Eso es una solución en los sitios donde aún circulan pocas junas
Pues, la verdad, prefiero la opción del mercadillo A. Sin dependencia de euros se consiguió el intercambio de los productos de manera fluida. Además, los precios bajos incitaron a realizar el gasto de las junas ganadas en el mismo mercadillo.
Creo que nos cuesta entender que el verdadero valor lo constituyen los bienes y los servicios que intercambiamos. La moneda, ya sean junas o euros, es una herrmienta que facilita el intercambio, y nada más. Y el éxito del mercadillo, en mi opinión, se mide por los productos intercambiados, no por el dinero que te llevas a casa.
Si el objetivo es que la juna sirva para los mercadillos, y el euro para todo lo demás: OK.
Si pretendemos que el agricultor vaya a un mercado a VENDER y a llevarse a casa dinero que le sirva para pagar una web, unas placas solares, la reparación del tractor, ropa, etc. entonces tal vez la opción A no sea la mejor, por las razones que expuse aquí:
Todos los conceptos: caro o barato son siempre relativos si se ve desde un prima A o un prima B… y moneda abundante o escasa también son relativos… la moneda libre tiene esa maravillosa parte de probar/jugar/aprender, caerse y volverse a levantar… y sobretodo, que nadie te diga lo que tienes que hacer… ni siquiera el euro o el resto de mercaderes…
En mercados antiguos (donde el numero de miembros es más grande que el numero de nuevos) puede que haya más moneda abundante para intercambiar…
en mercados nuevos de tipo A (puede que falte moneda pero cree desigualdades altas entre miembros y no miembros…). Es una mezcla entre ventajas y desventajas…
Lo que vengo observando es que las zonas A conforme van repitiendo mercados y los miembros van creciendo… la cantidad de moneda creada y usada va bajando en porcentaje… es decir… que crece más rapidamente la moneda que la economía… y la moneda va perdiendo valor… porque si a todos les sobre moneda que nunca pueden llegar a gastarse… algunos productores se sienten que están regalando sus productos…
Lo importante es que todo se irá ajustando con la práctica, los comienzos nunca son representativos… las monedas papel nos llevan 500 años de ventaja e inyectando moneda… así que tenemos mucho por trabajar y aprender junt@s…
Yo sólo quería exponer mi experiencia, no voy a teorizar. Y mi experiencia es: No vuelvo a hacer 120 km para volver a casa con mi mercancía sin vender (mercadillo B); repetiré en mercadillo A siempre que pueda.